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No, el bruxismo o rechinar de dientes, no es exclusivo de los adultos; también afecta a los niños. Por ello, en este artículo hablamos del bruxismo infantil, y te contamos las claves para identificar, prevenir y tratar esta afección en los más pequeños, asegurando una salud bucal óptima desde una edad temprana. 

¡No te lo pierdas! 

Todo lo que debes saber sobre el bruxismo infantil 

Identificación temprana: síntomas y señales

La identificación temprana del bruxismo infantil es esencial para abordar este hábito de manera efectiva. Los padres deben estar alerta a señales como el desgaste inusual de los dientes, dolores de cabeza recurrentes, quejas de dolor en la mandíbula o cuello, y la presencia de sonidos de rechinamiento durante la noche. La observación de estos síntomas permite una intervención temprana, ya que el bruxismo persistente puede llevar a problemas dentales y molestias a largo plazo.

Factores desencadenantes: más allá del estrés

Si bien el estrés puede ser un factor desencadenante para el bruxismo, hay otros aspectos a considerar. La alineación irregular de los dientes, la respiración obstructiva del sueño, la ansiedad, y la respuesta a cambios en la rutina diaria o eventos emocionales pueden contribuir al desarrollo del bruxismo en niños.

Es crucial abordar estos factores y proporcionar un entorno que promueva la relajación y el bienestar emocional para prevenir o reducir el bruxismo. 

Prevención en el hogar: hábitos saludables

La prevención del bruxismo comienza en casa con la incorporación de hábitos saludables. Es fundamental establecer una rutina de sueño adecuada, proporcionar un ambiente tranquilo antes de acostarse y limitar la exposición a estímulos estresantes.

Adicionalmente, alentar a los niños a adoptar hábitos de higiene bucal regulares, como cepillarse los dientes y usar protector bucal si es necesario, contribuye a prevenir el desgaste dental asociado con el bruxismo. 

Tratamientos efectivos

Los tratamientos pueden incluir el uso de protectores bucales nocturnos, especialmente diseñados para niños, que ayudan a proteger los dientes del desgaste durante la noche. La terapia cognitivo-conductual y técnicas de relajación también pueden ser útiles para abordar factores emocionales que contribuyen al bruxismo. 

En casos más graves, el dentista puede recomendar la corrección de problemas de mordida o la intervención de especialistas para garantizar un tratamiento completo y exitoso del bruxismo. 
Como ves, el bruxismo infantil no debe subestimarse, pero con la identificación temprana y las estrategias adecuadas, se puede abordar de manera efectiva. Si es el caso de tu hijo, ¡no dudes en contactar con nosotros para valorar su caso!