La odontología preventiva es la base de una sonrisa sana y de la reducción de tratamientos costosos en el futuro. Su objetivo es evitar la aparición de caries, enfermedades periodontales o problemas funcionales antes de que se desarrollen, ¿pero en qué consiste? ¡Te lo contamos en este blog!
¿En qué consiste la odontología preventiva?
La odontología preventiva se centra en el cuidado y mantenimiento de la salud bucodental mediante revisiones periódicas, higiene profesional y educación del paciente. No trata problemas existentes, sino que actúa antes de que aparezcan.
Sus pilares fundamentales son:
- Revisiones dentales periódicas: permiten detectar caries incipientes, desgaste dental o acumulación de placa antes de que causen daños mayores.
- Limpiezas profesionales (profilaxis): eliminan sarro y placa bacteriana que no se remueve con el cepillado diario.
- Selladores dentales: aplicados principalmente en niños para prevenir caries en surcos y fisuras de molares.
- Aplicación de flúor: fortalece el esmalte y reduce la posibilidad de caries, tanto en niños como en adultos.
- Educación en higiene oral: técnicas correctas de cepillado, uso de hilo dental y enjuagues adaptados a cada paciente.
Beneficios a largo plazo
La odontología preventiva no solo reduce la necesidad de empastes, endodoncias o implantes, sino que también:
- Mantiene las encías sanas y previene la periodontitis.
- Reduce los costes en tratamientos dentales futuros.
- Mejora la calidad de vida, al evitar dolor o infecciones.
Como ves, invertir en este tipo de odontología es invertir en salud, bienestar y tranquilidad a largo plazo. Y es que acudir al dentista no solo cuando hay dolor es la clave para mantener tus dientes y encías fuertes y saludables. ¡Pide ya tu cita!